sábado, 5 de septiembre de 2015

LA MÁQUINA DE PENSAR

     


     Aunque nos parezca extraño, lo que distingue a los seres humanos – no a todos, es cierto- del resto de la fauna es la capacidad de pensar. Pero al Sistema le conviene que el elector conserve esa capacidad en modo desconectado.

     Ha llegado a ser más relevante mostrar que un chimpancé puede aprender a comunicarse con los humanos que contribuir a que éstos puedan comunicarse entre sí.

    Hojeando las distintas leyes de educación –el singular no es arbitrario sino indicativo de su nula singularidad- de los variopintos partidos políticos –en esencia muy parecidos- cuyo modelo más esperpéntico es, precisamente, la última promulgada, la LOMCE, uno llega a la conclusión –he tenido que reflexionar para llegar a esta conclusión, pido disculpas- de que no se pretende formar a personas que entiendan el mundo en el que viven, sino sólo “fabricar” electores que no sean capaces de valorar el incumplimiento de promesas, la demagogia ni algo ya tan asumido en la idiosincrasia de este país, como la corrupción.

    El Sistema suele preparar sus estrategias con tal maestría que, cuando me sorprendo contemplando una puesta de sol mientras recupero algún instante en que rocé la Belleza o reflexiono unos minutos, intentando digerir alguna noticia que resulta inaudita, o me detengo a analizar la jornada transcurrida, reflexionando para aprender de lo acontecido, me asalta desde mi subconsciente un sentimiento turbio de que estoy holgazaneando, que lo que hago no es productivo para el Gran Hermano.

    Es éste, por tanto, el penúltimo intento de cercenar nuestra libertad, como se está haciendo poco a poco, crear una mala conciencia que impida la libertad de pensamiento.

    Ese día será el principio del fin. Menos mal que el aire llega perfumado con las briznas del Cambio.

 José Luis Nogales Delgado

1 comentario:

  1. Nos quitaron la justicia y nos dejaron la ley, dijo Galeano.
    Con la LOMCE nos quitan la educación y nos dejan la ley, la ley como burocracia y mercado, como mercancía.
    Pero la educación no está en la escuela y no deber estar allí solamente, nunca lo estuvo, afortunadamente. La educación es algo más y está presente en todos los estamentos de una sociedad. Sintamos pues cada uno la responsabilidad que nos toca.
    Ojalá quede poco de esta ley y de quienes la sustentan, como el caso de Andalucía, que sólo la combate a golpe de falsos titulares.
    Por una educación pública, laica y de calidad.

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